8.30.2010

Alexey Kashpersky – Arte en 3D

Alexey Kashpersky es un joven ucraniano nacido en 1988 que reside en Poltava. La verdad es que no puedo decir mucho más, solo invitaros a que veáis su portafolio en CGSociety y en ARTTalk en donde su nick es Riddick. Clic para ampliar.

La ética social en la educación superior


En los albores del siglo XXI y ante las presiones de un entorno globalizado, la sociedad mexicana -una de las más conservadoras y tradicionalistas del planeta- se enfrenta a un gran reto: adaptarse a los cambios en materia de ética social o preservar los valores (y antivalores) característicos de su insigne estirpe nacionalista.
Hoy en día es cada vez más difícil que los jóvenes encuentren buenos ejemplos de comportamientos y conductas éticas.
Los actos de corrupción en los diferentes niveles de gobierno, la falta de oportunidades e inequidad en los procesos de selección para buscar empleo, la presión de los medios de comunicación que buscan incesantemente “ídolos de barro” (deportistas, artistas, políticos) que vemos desmoronarse “a las primeras de cambio”, transformando ilusiones en desazón, han gestado una sociedad pasiva, incrédula, impávida y expectante, a la par de lucir desmotivada por mejorar e incapaz de luchar por alcanzar sus metas, sueños y proyectos, aquellos que cada vez se ven más lejanos y poco factibles.
 Lo anterior degenera en un estado de “shock” social, en el que el individuo se vuelve indiferente ante sucesos en los que debería participar y ser protagonista.

El problema es que tal indiferencia se transforma en apatía y la apatía en improductividad, que inherentemente no nos permite ningún logro importante. Este círculo vicioso, se traslada a la escuela, el trabajo, y lo que es peor, al núcleo familiar, con el consecuente deterioro del entorno del joven.

Ante este nebuloso panorama, ¿cómo se encuentra nuestro valioso capital humano, para competir en este estadio?.

La ética social, desarrollada como concepto apenas a finales del siglo pasado, surge como consecuencia de la desesperada y feroz lucha del hombre con su peor enemigo: el mismo.
La gran capacidad (y facilidad) que el ser humano manifiesta para destruir su entorno, aunada a la incapacidad de las autoridades ( políticas, eclesiásticas, sociales) para detener o aminorar este proceso de autodestrucción, ha exhibido , mas ahora que nunca, la urgente necesidad de un comportamiento ético social en la que el hombre busque el bienestar global (utopía para algunos) , basándose en preceptos tan básicos como ancestrales: justicia, libertad, verdad y equidad.

Estereotipos los hay, sin embargo, los pocos son opacados por la realidad urbana y cosmopolita que trae consigo una vorágine de vanalidades propias del subdesarrollo en el que vivimos, en continua e inminente confrontación con los valores de nuestra sociedad.

Peor aún es la escasa atención que nuestros jóvenes y los mismos catedráticos ponen en lo realmente importante: la formación de seres humanos de alto desempeño ético y en su lugar se ufanan con los logros de algunos  “genios” -así llamamos a aquellos que desarrollan la inteligencia lógico matemática- con elevado coeficiente intelectual pero que se vuelven incapaces para interactuar y dirigir una empresa generadora de bienestar social. En cambio terminan sin trabajo o “atrapados” al servicio de la gente dueña del capital
Pero dentro del vaso medio vacío hay una esperanza: Al fin el sistema educativo toma el papel que le corresponde y permite la incorporación de materias con contenidos éticos y humanísticos en los programas de educación superior; lo que delega al profesor una gran responsabilidad, pero a la vez lo dota de una herramienta básica para lograr su objetivo: profesionistas comprometidos con la sociedad y su entorno.

Si bien es cierto que este primer paso no lo es todo, también lo es que nos genera expectativas positivas para usar en el futuro un modelo educativo en el que se privilegie el hacer por el conocer, el ser por el tener y el comprender por el saber. 


Progreso, Yucatán, México, Noviembre de 2004.

LAE Antonio Aranda Correa

El Marquez de Sade - Justina o los infortunios de la virtud



Justina o los Infortunios de la Virtud es una novela de Donatien-Alphonse-François de Sade, más conocido en la historia de la literatura como Marquez de Sade, cuya primera versión fue escrita en 1787. En   1791 y 1797 se editaron dos versiones diferentes de la novela. Es una de las obras más importantes e influyentes de su autor, junto con Los 120 de Sodoma y Filosofia en el tocador.

Justina trata de la vida desgraciada de Justine, una jovencita a la que la naturaleza ha dotado de un irresistible impulso hacia la virtud, pero al quedar huérfana, se enfrenta a un mundo lleno de libertinos. Ella y su hermana Juliette se ven obligadas a buscarse la vida como pueden, pero mientras que Juliette, inclinada naturalmente al vicio, decide prostituirse, lo que la lleva a alcanzar el éxito y la respetabilidad, la buena de Justine se empeña, contra viento y marea, en querer llevar una vida virtuosa.

Como en la mayoría de las obras de Sade, pueden observarse dos niveles de contenido: por un lado, una serie de escenas de violencia sexual; por otro, los sofismas de aquellos personajes que protagonizan esta violencia, justificándola. Una mayoría de aquellos que han analizado la obra de Sade han querido ver en las argumentaciones de estos personajes el pensamiento del propio Sade, un sistema filosófico y político basado en el materialismo ateo de la ilustracion francesa, opuesto a las ideas de Jean-Jacques Rousseau sobre la bondad innata del ser humano.

En Justine, Sade se vale de la protagonista para simbolizar la virtud y manifestar su pesimista tesis según la cual, la virtud es sistemáticamente aplastada por el vicio; mientras que el vicio, libre de valores y principios, cobra ventaja y prospera; partiendo de esa tesis Sade, en la introducción, se preocupa por aquellos que carentes de una formación moral sólida puedan llegar a la conclusión de que es mejor, más ventajoso, practicar el vicio y no la virtud.

En lo personal, considero a Justina como el mejor libro de Sade, nos invita a una ligera reflexion sobre el abstractismo de la etica y la moral con la frase: "tu vicio es mi virtud y vicebersa", el cual es el sofisma mas importante utilizado en la obra. Sade tambien nos menciona que la moral es una pequeña vos interior que nos indica como y como no actuar, y para controlarla no hace falta, mas que ignorarla y lentamente desaparecera, esto mucho antes de que Freud hablara del subconciente y la traumatizacion libido, aun que cabe mencionar que Platon se refiere a la moral como algo ajeno a la razon.

Justina y su paralelo Julieta, son obras perfectas para realizar un analisis del comportamiento humano.

Descargar Justina o los infortunios de la virtud
Descargar Julieta o el vicio bien remunerado